Lhasa sería la capital del Tibet...si fuera libre. Pero no lo es y forma parte del territorio chino, que bien se esfuerza de que eso te quede claro desde que entras por la puerta (del aeropuerto)
Pero dejando estos temas de lado, Tibet es un lugar impresionante, y para el fotógrafo es simplemente, el paraíso. Fotografía de paisaje, retratos, arquitectura...nocturna supongo que también, aunque no ando muy metida en esos lares.
De momento voy a empezar por Lhasa porque ella solita da para mucho.
El palacio de Potala fue la residencia de los Dalai Lama, sin embargo no es un monasterio propiamente dicho. Se divide en dos partes: El palacio rojo, que engloba toda la parte religiosa. Y el palacio Blanco, que es la parte gubernamental del edificio.
El templo de Jokhang es el monasterio más importante de la ciudad de Lhasa.
Alrededor de este templo se extiende la zona de Barkhor, donde los peregrinos caminan y rezan de manera ordenada (siempre en sentido horario).
Por lo general, cuando vas tranquilo por la calle, a nadie nos gusta que nos hagan fotos, pero en general la gente se deja y son amables. En Lhasa, nos fue bastante frecuente el tener que intercambiar posados. Por alguna razón, nosotras también eramos exóticas, lo cual nos sirvió de moneda de cambio.
Y hasta aquí Lhasa!
3 comentarios:
En primer lugar, muchas Gracias! por abrirnos las puertas del Tibet y mostrarnos distintos aspectos de la vida cotidiana de Lhasa, tan curiosa y distinta a la nuestra.
Precioso el Palacio de Potala.A 3700m de altura debió de ser duro subir esas escaleras, jejejeje.
Esperamos las siguientes entradas...
Muchas veces me pregunto qué le hace a la gente ir a estos lugares con las dificultades que entraña y no encuentro respuesta, quizás vaya dentro de nosotros y aprovechamos los que si se atreven para ver más allá.
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